Diego, un niño de 11 años de la aldea de Chex que traía unas botas de hule ya rotas y con el lodo por la lluvia se le salían los deditos de los pies y sangraban al topar con las piedras. Después de ir a traer un poco de leña temprano, se va a la escuela. A veces me contaba que no comía sino tomaba algo de café porque no tenían comida en la casa. Su mamá es analfabeta y ayuda a la gente en su trabajo para ganarse algunos quetzales que le sirve a ella y a sus tres hijos. Su esposo se fue de viaje y nunca regresó. Su carita esta triste pero con su mochila toda rota, lleva su nailo camino a la escuela para aprender algunas letras. El solo piensa aprender a leer y escribir porque tiene que ayudar a su mamá con sus otros hermanitos.
Casos como éste hay muchos en nuestras aldeas y nuestros pueblos. Por eso ahora que viene la navidad, ayudemos a los niños pobres como Diego.
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